Llevaba varios meses presintiéndolo. No puedo explicar el porqué. Las noticias y mi afán de buscar profecías catastróficas hacían el resto. Nunca consideré el suicido, otras culturas si lo aceptan como una manera digna de rendición, pero mi caso es distinto.
Que el mundo acabaría tal como lo conocemos, era algo que siempre supe, quizás por mi predilección por las películas apocalípticas. Pero esta madrugada... No sé si el silencio fue lo más aterrador o si los gritos de impotencia que lo continuaron. ¿Qué puedes hacer cuando las grandes potencias se desgarran? Nada, esperar a engrosar un número más de las listas de bajas que algún día alguien leerá.
Que Irán bombardeara Israel solo fue el principio.
Hoy, 3 de enero de 2014 sigo esperando en mi balcón a que algún avión tiré un fardo de provisiones. Hace meses que los supermercados están desabastecidos y solo sobrevivimos con algunos hierbajos que crecen en las macetas. El hambre se ha llevado a mis sobrinos más pequeños. Sus vientres hinchados y su caras macilentas son el último recuerdo que guardo de ellos. Los amigos desaparecieron, muchos fueron a otras tierras, a los campos, a otros países, pero mi familia... Terquedad, solo podía ser terquedad. Ahora mi padres descansan en el jardín junto a tres de sus nietos, mientras mi hermana y yo luchamos, día a día, para mantener la casa lejos de los carroñeros.
No sé cuanto aguantaremos en esta situación, pero el final está próximo y creo que el pueblo como siempre es al que le toca perder. No será como en la películas. No habrá héroes y no creo que sea uno de los que me salve por su valentía o arrojo... Moriremos como todos. Más tarde o más temprano. En la guerra o después de ella, pero todo tendremos el mismo final.
Que el mundo acabaría tal como lo conocemos, era algo que siempre supe, quizás por mi predilección por las películas apocalípticas. Pero esta madrugada... No sé si el silencio fue lo más aterrador o si los gritos de impotencia que lo continuaron. ¿Qué puedes hacer cuando las grandes potencias se desgarran? Nada, esperar a engrosar un número más de las listas de bajas que algún día alguien leerá.
Que Irán bombardeara Israel solo fue el principio.
Hoy, 3 de enero de 2014 sigo esperando en mi balcón a que algún avión tiré un fardo de provisiones. Hace meses que los supermercados están desabastecidos y solo sobrevivimos con algunos hierbajos que crecen en las macetas. El hambre se ha llevado a mis sobrinos más pequeños. Sus vientres hinchados y su caras macilentas son el último recuerdo que guardo de ellos. Los amigos desaparecieron, muchos fueron a otras tierras, a los campos, a otros países, pero mi familia... Terquedad, solo podía ser terquedad. Ahora mi padres descansan en el jardín junto a tres de sus nietos, mientras mi hermana y yo luchamos, día a día, para mantener la casa lejos de los carroñeros.
No sé cuanto aguantaremos en esta situación, pero el final está próximo y creo que el pueblo como siempre es al que le toca perder. No será como en la películas. No habrá héroes y no creo que sea uno de los que me salve por su valentía o arrojo... Moriremos como todos. Más tarde o más temprano. En la guerra o después de ella, pero todo tendremos el mismo final.
Me hubiera encantado que hubieras finalizado el post:
ResponderEliminar"Fui amigo de él durante todos nuestros años universitarios. Jamás fui capaz de oler en él un solo apice de maldad. Pero mi hermana y yo jamás nos rendiremos ante el Emperador Lord Mano. Aquí José María Ramírez, líder de la Resistencia. Cambio y corto".