jueves, 28 de abril de 2011

Capítulo 140. Yes we can


Después de pasar horas y horas en un avión cuyo trayecto parecía no terminar nunca, por fin llegamos a la gran ciudad. El cansancio y la ansiedad por pisar tierra firme se mezclaba con cierto temor por la lejanía a la que nos encontrabamos de nuestro pequeño mundo conocido. Estabamos solos a la otra orilla del gran charco.

Mis dudas ante lo que me podía encontrar pronto se disiparon gracias a la compañía con la que contaba. Nuestras miradas se cruzaban una y otra vez mientras nuestros dedos señalaban aquí o allá, con la boca abierta y estallando en un millón de risas. Era como estar viviendo en una auténtica película, más de una vez sentiamos ganas de pellizcarnos para ver si estabamos dentro de un sueño o todo era real.

Pasear entre millones de luces de colores, cantar Goodmorning Baltimore!!!, robar M&M, dormir en un hotel que no nos correspondía en un principio, viajar en low cost con los chinos locos, buscar al jinete sin cabeza, sufrir la cola del huracán y volver con una nueva experiencia.

De una u otra manera, todo ser humano forma parte de la historia y del período que le ha tocado vivir. Nosotros fuimos testigos del gran acontecimiento: un afroamericano llegaría a la Casa Blanca. Fuimos partícipes de lo que sentía la ciudadanía ante el cambio. Yes we/they can.

Mila Expósito

martes, 19 de abril de 2011

Capítulo 139. Olvido.


Olvidarte quiero Señora.
Olvidarte y no puedo.
Siento esmeraldas de noche.
Siento perfumes de incienso.

Olvidarte quiero Señora.
Olvidarte y no puedo.
Porque el dolor que reflejas,
es el dolor que yo siento.

Déjame quitarte el llanto.
Déjame tocar tu pelo.
Duerme, no pienses duerme.

Recordarte quiero Señora.
Recordarte y lo quiero,
pero en Belén y con niño,
cada vez que llega enero.

miércoles, 13 de abril de 2011

Capítulo 138. De fuerza y cuero.


Tú corazón es de cuero, de una fuerza ingobernable que muy pocos conocen.
La furia y el deseo navegan por tus calles.
El olor de manos curtidas. El sudor de anhelos buscados.
Esa eres tú ubriqueña.

No quiero bufones que afeen tu historia.
Quiero mujeres que mueren por todo.
Fuerza y cuero.

Ubriqueñas habrá, pero como tú, ninguna.