Termina agosto y con él la tediosidad de la inoperancia. Muchos nos preguntamos que nos traerá el noveno mes. Hace unos años esta fecha era símbolo de continuidad, de estabilidad, ya que volvías con tus amigos al cole, con tus ideas a la universidad y con la mala leche al trabajo.
Pero, ¿qué ocurre cuando no te espera nada en septiembre? Pues te ocurre lo peor y lo mejor que puede pasar: lo desconocido.
Lo sé, da miedo, pero es un salto de fe hacia adelante.
¿Qué nos espera mañana? Sea bueno o malo, será diferente y lo diferente enriquece.
¡Mañana será otro día!