lunes, 26 de octubre de 2009

Capítulo 80. Las Tinieblas


En las profundidades de la tierra, en la oscuridad absoluta, sin caminos y sin horizonte, avanza una lombriz perforando un túnel en el barro con el único órgano que posee, su boca y su ano; no tiene ojos, ni olfato, solo tacto, sabe que el sol la hiere y la puede matar.

Ella simplemente es un tubo orgánico que vive y procrea, y a la vez perforando sin destino conocido, fecunda el suelo y el subsuelo.

Ella tiene un solo pensamiento: "Las tinieblas existen, luego vivo en las Tinieblas."

Lentamente razona que lo único que existe es la oscuridad de su noche eterna.

Ese es su mundo: las Tinieblas.



Ese mundo negro le da vida, una etapa superior de la materia, ella es feliz, al perforar come tierra y excreta humus, esencial para la vida vegetal y continuación de la vida planetaria, ya que no existe otro fertilizante que lo supere.

Ella está feliz, es el primer eslabón en la cadena de putrefacción subsistencia y procreación, pero ella no lo sabe.

Solo sabe que lo único que tiene existencia es ella y sus queridísimas tinieblas.

Rodolfo Cepeda

Texto seleccionado por Noelia Escarramán.

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias Noel. Hay una doble vertiente en este texto. Por un lado, veo de la importancia de todo en este mundo hasta lo más insignificante; por otro, veo un sentido pesimista en el que todo en este mundo está en tinieblas y por mucho que queramos no podemos ver más allá de ellas.

    Un texto que hace pensar.

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